20130202

La desaparición del pecado (Capítulo 2)

El pecado y todo lo que representa, literalmente ha desparecido de nuestra cultura. Hablar acerca del pecado parece más fijar la división que existe entre los creyentes que están más allá de cualquier evaluación, y los no creyentes, quienes son el blanco del pecado. Por lo cual podemos decir que el concepto de pecado se ha suavizado dentro de muchas iglesias para complacer la sensibilidad moderna. 

Se aplica el concepto de pecado sólo a aquellos que se encuentran fuera de nuestro círculo y que cometen pecados tan flagrantes como el aborto, la homosexualidad y el homicidio, o los crímenes escandalosos de los ejecutivos de alto nivel de las grandes empresas.

Es común observar que estamos más preocupados por el pecado de la sociedad que por el que cometemos los santos. De hecho, con frecuencia nos permitimos cometer lo que el autor llama pecados "respetables" o "aceptables" sin ningún remordimiento.

Abrimos nuestra boca para repetir un chisme o decir palabras hirientes de un hermano o hermana en Cristo con mucha facilidad sin la menor idea de que estamos haciendo mal. Albergamos heridas del pasado sin hacer el esfuerzo de perdonar como Dios nos perdonó. Vemos con orgullo a los "pecadores" de nuestra sociedad sin el más mínimo sentido de humildad, aunque sabemos que somos lo que somos "por la gracia de Dios".

Cuando una persona mata a alguien, quebranta la ley divina. Pero cuando un creyente habla cosas corruptas (palabras que destruyen a otra persona) también está quebrantando la ley del Todopoderoso (Ver Efesios 4:29).

El pecado es pecado. Aun los que el autor denomina "pecados aceptables de los santos" y que toleramos en nuestra vida. Todos son graves ante los ojos de Dios. Nuestro orgullo religioso, la crítica, el vocabulario agresivo contra los demás, la impaciencia y el enojo. Todos estos son pecados graves delante del Señor.

Para los verdaderos creyentes, el Señor sigue siendo su Padre celestial y sigue llamándolos al arrepentimiento y a la transformación. Parte de su llamamiento consiste en guiarnos para que veamos los pecados que toleramos en nuestras vidas y nos arrepintamos de ellos para recibir la renovación que tanto necesitamos. 

3 comentarios:

  1. Qué bueno y apropiado, lo imprimiré para ponerlo en el mural de mi trabajo. Dios te bendiga mucho!!

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  2. Le doy gracias a Dios q siempre pone angeles en nuestro camino.

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