20130126

Orgullo (primera parte) (Capítulo 10)

Uno de los personajes más desagradables de la Biblia es el fariseo que se creía muy justo, descrito en la parábola de Jesús, el cual exclamaba mientras oraba "Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano" (Lucas 18:11). 

Este capítulo, que dividiremos en dos partes, trata del tema del orgullo, pero no del orgullo en general, sino de ciertas expresiones que son una tentación muy particular para los creyentes. Se trata del orgullo de creernos muy justos, de pensar que tenemos la doctrina correcta, de ser exitosos, o de tener un espíritu independiente.

Hay un tipo de orgullo, que viene dado por creernos muy morales. Cualquier persona que cree, por ejemplo, que sus bases morales son más altas en cualquier área (política, económica, ambiental, doctrinal) se siente más justo que los demás.

Es fácil cometer este pecado de la superioridad moral y de auto-justicia en la actualidad, cuando la sociedad en general está cometiendo abiertamente pecados flagrantes, tales como la inmoralidad, deshonestidad, drogas, homosexualismo, avaricia, etc. Dado que nosotros los cristianos no cometemos eso pecados, tendemos a sentirnos moralmente superiores y vemos con desdén y rechazo a quienes sí los cometen. 

Ahora bien cómo podemos guardarnos de caer en este pecado? Primero, desarrollando una actitud de humildad asada en la verdad que dice "por la gracia de Dios soy lo que soy".  Si tenemos una vida moral correcta, y en especial, si somos creyentes cuyo deseo es vivir en integridad moral, es por la gracia que Dios nos ha dado. Nadie es moralmente correcto de manera natural.

En vez de sentirnos moralmente superiores a quienes practican los pecados groseros que condenamos, deberíamos sentirnos profundamente agradecidos con Dios porque su gracia nos ha guardado y nos ha salvado de ese estilo de vida.

Continuará.....

2 comentarios:

  1. Muy cierto, creo que yo caigo en ese tipo de orgullo, además un orgullo mal infundado. Siempre es importante aprender, y poder realmente entender. Muchas gracías, un gran saludo.

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    1. Asi es Marilú, de una otra manera todos tenemos en grado menor o mayor este pecado, por eso debemos ser cuidadosos a la hora de juzgar a otros. Me encantó también este capítulo.

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