Creerle a Dios cuando después de la revelación llega la rutina
Faltan muy pocos capítulos para terminar este libro. Uno de sus mensajes más importantes es que tú todavía puedes creele a Dios para que haga algo espectacular y milagroso. Pero ¿qué tiene que hacer un creyente entre una revelación y otra revelación espectacular?
Orar. Pasar tiempo diariamente en la Palabra de Dios. Alabanza y adoración, asistir a la iglesia, servir en una iglesia, ofrendar. Estos son los fundamentos y nunca cambiarán, esta es la columna vertebral de la obediencia.
Quizás queramos una dosis constante de hecho espectaculares pero Dios disfruta viendo la perseverancia y la fidelidad probada de la simple devoción diaria. Nuestro Dios es un Dios que se deleita en una mezcla perfecta de creatividad y orden. Aunque hace salir la luna y el sol cada día, no podemos decir que hay un amaenecer o un anochecer igual a otro.
Me identifico con Beth Moore cuando dice: He vivido demasiado tiempo de mi vida en derrota, como para arriesgarme a vivir en la zona gris. Hace mucho tiempo que tuve que dejar de darme la opción de levantarme o no para orar, de pasar tiempo en la Palabra ese día, o de asistir y servir en mi iglesia de forma constante.
No creas que la repetición de lo mismo aburre a Dios, la obediencia es lo que te llevará a consechar frutos en tu vida.
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