20100126

LIBRO #1 "Enfrente a sus Gigantes" (CAPITULO XVI)


Colapsos Colosales

Si existiera una caja con cintas grabadas documentando cada segundo de su vida, cuál de esos videos quemaría?
El rey David, tenía una parte de esa cinta que hubiera querido quemar, aquel tiempo en que cometió adulterio, dejó embarazada a Betsabé, asesinó a su marido y engañó a todos a su alrededor.

Para David el encubrimiento parece total. Nadie pudiera detectar nada en el Rey  pero no todo está en armonía en el corazón de este hombre. La culpa hierve a fuego lento, y describirá esta época de pecado secreto en el Salmo 32:3-4, cuando dice:
"Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi fuerza se fue debilitando como al  calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí" 

No puede escapar de eso, porque Dios lo mantiene en la superficie, lo que David había hecho le desagradó al Señor.  David cree que Dios ignoró la situación y justo cuando pensaba eso alguien da un paso desde atrás de las cortinas, Dios no está en silencio, habla a través de un profeta y le enrostra a David su pecado. Desde ese día la tragedia marca la vida de David, incluso el hijo del adulterio muere. Pero,  para qué el Señor hizo todo esto? Por qué descubre el pecado y trae consecuencias?  Es solo cuestión de castigar?

La respuesta es simple:  Dios no descansará hasta que nosotros no hagamos lo que hizo David: CONFESAR NUESTRA FALTA.
Dios tomó su sueño, su paz, su descanso, para sacarle su pecado. Puede una madre no hacer nada y dejar que las toxinas invadan a su hijo? Puede Dios sentarse ociosamente mientras el pecado envenena el suyo?

Se necesitó un año de David, un embarazo, la muerte de un soldado pero finalmente el corazón de David se suavizó y confesó:  "He pecado contra el Señor" (v. 13)

Ubique ese  error  suyo ante el asiento juzgador de Dios. Permítale que lo condene, permítale que lo perdone y permítale que lo guarde.

Dice el Salmo 103:12-13: "Tan lejos de nosotros echó nuestras transgesiones como lejos del oriente está el occidente. Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos".

1 comentario:

  1. Wow. Justo hace unos momentos comentaba con mi hermana como el Señor ya no nos permite pecar, bueno no es que no sea una vil pecadora pero a cada momento veo su mano corrigiendome y llamando mi atención, recuerdo muchas oraciones pidiéndole ser la hija que Él quiere que sea, así que lo alabo al darme cuenta de su constante cuidado y corrección
    Saludos y bendiciones

    Grace Siller

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