20100126

Libro #1 "Enfrente sus gigantes" (Capítulo XVIII)


Esperanzas Destrozadas


Este capítulo aborda la vida de dos personajes, el rey David y otro más contemporáneo al que le vamos a llamar por ahora, el joven Wilhem.

Al final de sus días, David expresa: “Yo tenía el propósito de construir un templo para que en él resposara el arca del pacto del Señor nuestro Dios y sirviera como estrado de sus pies” (1 Crónicas 28:2) . Pero Dios tenía otros planes para él y aunque David ansiaba con todo su corazón hacer esto para agradarle al Señor y tenía los materiales, el oro, los arquitectos y los planos, Jehová le contestó: “No edificarás casa en mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre…. Tu hijo Salomón es quien edificará mi casa y mis atrios”.

Así mismo pasó con el joven Wilhem en 1879 , su anhelo era predicar y comenzó a hacerlo en una pequeña iglesia, le daba su sueldo a las personas y realmente no ponía mucho interés en su apariencia física, porque su única pasión era servirle al Señor y a su iglesia, pero un día llego su superior a visitarlo y considero que esa apariencia no era la apropiada para un ministro así que lo despidió. Wilhem quedó devastado.

¿Qué hace usted con los momentos “pero Dios decidió” en su vida? Cuando Dios interrumpe sus planes buenos, sus buenas intenciones ¿cómo responde? ¿ Analiza cómo los reemplaza? Cuándo se enfrenta al gigante de la decepción, qué piensa?

David se contestó a si mismo, tal vez Dios no quiso que construyera el templo pero sin embargo Dios lo había hecho pasar de pastor a rey de Israel, como dice él mismo en 1 Crónicas 28:4 “de esta tribu escogió a mi familia y de entre mis hermanos me escogió a mi, para ponerme sobre Israel”.

Y el joven Wilhem que pasó con su ministerio destrozado? Como entender que Dios le había cambiado sus planes? En un principio tenía ira pero un día, viendo a un minero torcido por el peso del carbón que cargaba, lo comenzó a dibujar en un papel y se dio cuenta que ese era su llamado. El hombre joven, predicador,  no se resistió a convertirse en el artista que el mundo no pudo resistir: Vincent Wilham Van Gogh. Su “pero Dios” se convirtió en un “sin embargo Dios”.

¿Quién puede decir que el suyo no se convertirá en lo mismo? Dios te cambia los planes con un propósito, solo ten fé y sigue buscando tu llamado.

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